ENCONTRÉ UN TESORO, sin abrir el cofre
Corría el fin de los ochenta, en España, en concreto en mi pueblo de los botijos sin culos de la Cuidad de Madrid empezaban a emitir las emisoras privadas (Telecinco, Antena tres, y C+) sonaba en la radio el meneito... Mi madre acababa de abrir su tienda, y yo pasaba bastante tiempo en ella, mis padres estaban en ese momento de calma trepidante que se produce justo antes de una tremenda tormenta, que acabó con el fin de un matrimonio, el suyo, claro.
En éstas circunstancias conocí a una de mis mejores amigas de la vida, Elena, la envidié con su primer ordenador, pero me dejaba usarlo. En su casa pasábamos parte de nuestras tardes y fines de semana oyendo a Madonna con su "Breathless", banda sonora de Dick Tracy, o el Vogue, o la retransmisión del concierto en Madrid de la gira del Blond Ambition Tour.
Con ella he pasado los años más terribles de mi vida, y ella conmigo, creo. Cuántas risas...
Ella se fue a su pueblo, de BUrgos a vivir, cuánto la eché de menos y cuántas cartas, que aún rondan por el alto de mi armario, nos intercambiamos... y qué hipócrita era en la universidad, qué hipócrita es creer que tienes demasiado que hacer para dedicar unos minutos, que perdía en otras cosas, para mandar unas letras a una buena amiga a quien echarás de menos antes de darte cuanta, ése mismo verano, pero ya ha cambiado su dirección, y pasas años, nueve años echándola de menos y recordándo cosas buenas y malas vividas con ella, y lo sincero que era darnos un abrazo, y lo poco que nos escondíamos en nuestras palabras, algo poco usual entre hijos de padres separados.
Pero hoy, al fin y porque la montaña rusa de la vida hace loopings sin parar... hoy he conseguido de nuevo su teléfono, y he oído de nuevo su voz, y he sabido de sus últimas tristezas, y he sabido que vive en ése pueblito dónde me gusta ir porque hace frío y porque es "como muy familiar". Hoy he sabido que este no es su mejor momento y me alegro de poder estar con ella en esta, y me alegro de poder compartir con ella el principio del arcoiris de la mía, porque la alegría hay que compartirla, y si se puede contagiarla.
Este fin de semana no jugué al azar para gan ar unos euros, pero me alegro porque me esperaba algo mucho mejor.
TEngo tanto que decirle, y que contarle. He perdido tanto tiempo y la he echado tanto de menos.
Me siento afortunada. Mucho.
En éstas circunstancias conocí a una de mis mejores amigas de la vida, Elena, la envidié con su primer ordenador, pero me dejaba usarlo. En su casa pasábamos parte de nuestras tardes y fines de semana oyendo a Madonna con su "Breathless", banda sonora de Dick Tracy, o el Vogue, o la retransmisión del concierto en Madrid de la gira del Blond Ambition Tour.
Con ella he pasado los años más terribles de mi vida, y ella conmigo, creo. Cuántas risas...
Ella se fue a su pueblo, de BUrgos a vivir, cuánto la eché de menos y cuántas cartas, que aún rondan por el alto de mi armario, nos intercambiamos... y qué hipócrita era en la universidad, qué hipócrita es creer que tienes demasiado que hacer para dedicar unos minutos, que perdía en otras cosas, para mandar unas letras a una buena amiga a quien echarás de menos antes de darte cuanta, ése mismo verano, pero ya ha cambiado su dirección, y pasas años, nueve años echándola de menos y recordándo cosas buenas y malas vividas con ella, y lo sincero que era darnos un abrazo, y lo poco que nos escondíamos en nuestras palabras, algo poco usual entre hijos de padres separados.
Pero hoy, al fin y porque la montaña rusa de la vida hace loopings sin parar... hoy he conseguido de nuevo su teléfono, y he oído de nuevo su voz, y he sabido de sus últimas tristezas, y he sabido que vive en ése pueblito dónde me gusta ir porque hace frío y porque es "como muy familiar". Hoy he sabido que este no es su mejor momento y me alegro de poder estar con ella en esta, y me alegro de poder compartir con ella el principio del arcoiris de la mía, porque la alegría hay que compartirla, y si se puede contagiarla.
Este fin de semana no jugué al azar para gan ar unos euros, pero me alegro porque me esperaba algo mucho mejor.
TEngo tanto que decirle, y que contarle. He perdido tanto tiempo y la he echado tanto de menos.
Me siento afortunada. Mucho.
1 comentario
Su -
Me alegro muchísimo de que la hayas "encontrado", de verdad. Espero que te dure el subidón y el buen humor muuuucho tiempo.
Un beso muy fuerte y muchas gracias por los comentarios que me dejas siempre en el blog.