Anillos, papeles o bolsas que miden la edad

Vengo dándole yo vueltas, desde hace unos días a la genialidad de algunos anuncios, ya hablaré de ellos.
Pensar en un anuncio me lleva a reconocer una gran verdad, cuanto mayores somos más envolvemos las cosas... por tanto en este anuncio el niño es un viejo prematuro, cuando uno es un niño, llevar un sandwich envuelto sólo con un pelin de albal, el justo, le parece suficiente. Más adelante cuando uno tiene que comer en la universidad le parece que un tupperware es suficiente para envolver cualquier comida, desde unas croquetas a unos muslos de pollo con salsa de cebollas, tomates y pimientos. Cuando uno va ya a una oficina, además del tupperware precisa de una bolsita, no muy grande para llevar el condumio. Así sucsivamente hasta que a la edad de ochenta años seamos como mis abuelos y la bolsa de patatas de la despensa tenga una pinza de pástico que trajo la nieta, una bolsa de plástico protectora y otra "Por si acaso".
De modo que nosotros, cómo los árboles, cuando envejecemos tenemos más y más capas... de las internas debería hablar pronto.